(Una aportación de Ana García de Motiloa)
“En el techo del comedor colgaba un loro disecado, y en su pico dorado se balanceaba una tarjeta que decía:
“Estamos entrenándonos para ser nadie en especial”
A menudo me lo he repetido para mis adentros, trabajando contra mi necesidad de logros y reconocimiento, y el descontento que podía generar.
“Estoy entrenándome para ser nadie en especial”
Al repetir mentalmente estas palabras, sentí cómo me redireccionaban desde una determinada y seductora lucha y excitación y enfermedad, hacia un foco más estable:
OLVIDA LO QUE LOS DEMÁS PIENSAN DE TI,
Olvida los objetivos futuros de logros; y llega, en su lugar, con este cuerpo y mente a asistir al momento presente:
ESTA ES LA PLENITUD DE LA PRÁCTICA.”
Sandy Boucher
“Primavera escondida”
La lectura de este pequeño texto me ha llevado a reflexionar sobre el significado de ser nadie en especial.
Para llegar a ello, quizá sea necesario tener un ego bien estructurado y, a la vez, humilde para lograr asumir el acto del desmontaje pieza a pieza, capa a capa, secuencia a secuencia…o tal vez practicar a menudo frente al espejo para ver que desde el otro lado, en realidad, nadie me mira o puede que no haya que hacer nada en especial.
Hay una sentencia que, más allá de su significado literal, creo que es una muy sabia metáfora que nos indica que ciertos conocimientos, ciertos aprendizajes se hacen desde el dolor: “La letra con sangre entra”.
Duele mirar a lo que no tengo y sobre lo que he filmado más de una película para completarlo; mirar al vacío, a la nada, soltar las identificaciones…
Creo que hay que hacer un duelo ante esa pérdida que ya, de antemano estaba perdida, duelo que no conviene prolongar en el tiempo, pues del dolor pasaríamos y pasamos la mayoría de las veces al sufrimiento, a lo que tiene que ver más con la mente y nos acerca a posturas claramente neuróticas.
Con el tiempo, he llegado a darme cuenta de que en cierta clase de sufri-miento, hay un componente grande de mentira.
Ser nadie en especial me ayudará a colocarme más cerca del silencio.
Ana García de Motiloa.
Vitoria 8 de Abril de 2009